jueves, 27 de noviembre de 2008

TODO UN DESORDEN BIPOLAR


- DANIEL JOHNSTON -
por gustavo faverón patriau

¿Quién es? Los datos fríos son estos: Daniel Johnston es un californiano de Sacramento, de cuarenta y seis años, nacido en una familia de cristianos conservadores, dueño de una habilidad extraordinaria para muchas artes --la composición melódica, el dibujo, el video-- pero empecinado desde siempre en triunfar en una sola: el canto, a pesar de una voz que casi siempre desafina y se quiebra en todas las notas medianamente altas.

Las canciones de Daniel Johnston son muchas veces bellísimas, una mezcla de crudeza y desgarro, por un lado, un lenguaje muy sencillo y muy directo, y una facilidad inverosímil para crear melodías e irlas variando poco a poco, jugando con ellas, derivándolas hasta el punto que algunas empiezan con la sencillez de una canción de cuna y terminan canibalizadas por su propia ironía, transformadas en versiones oscuras y ténebres de sí mismas... El gran problema, claro, es que hay que distinguir las virtudes de cada canción a pesar de la flaca y torpe voz del cantante y de la mala manera en que suele tratar a la guitarra.

Una de las razones por las cuales Daniel Johnston ha grabado sus canciones de modo tan defectuoso es que lo ha hecho no sólo encerrado en su casa, sino encerrado, además, en su propia mente transtornada: Jonhston es una víctima de lo que los sicólogos llaman sindrome, desajuste o desorden bipolar. Es decir, es lo que antes se conocía como un maniaco-depresivo. Pero extremo. Hasta el punto de que en sus fases maniacas ha sido capaz de componer y grabar discos enteros, de quince o veinte canciones, en una semana, mientras que en sus fases depresivas ha pasado largos periodos sentado ante una pared blanca, o mirando por una misma ventana, hora tras hora, día tras día, mes tras mes.

Y en el trance de una fase a otra, verlo es como ver a un esquizofrénico: escucha voces, recibe lo que él llama "mensajes" tanto de dios como del diablo, y luego de esos episodios tiene caídas paranoides en las que sospecha de toda la gente cercana. En trances así, ha estado muy cerca de causar la muerte de otras personas, y también la suya, a pesar de que por lo común es un hombre dulce y preocupado por dejar una impresión de amabilidad en todo el mundo.

Yo supe sobre Daniel Johnston porque soy un devoto consumidor de documentales y hay uno bastante conocido sobre él: The Devil and Daniel Johnston, de Jeff Feuerzeig, que es, de hecho, uno de los mejores que vi el año pasado. (Y eso que el año pasado vi casi toda la obra del sumo sacerdote de los documentalistas norteamericanos, Errol Morris).

Hay grabaciones de Johnston en que la pobreza de la voz y la poca maestría de la guitarra resultan de hecho un añadido a la belleza difícil de las canciones, como si la suciedad del estilo acabara por volverse parte de la naïveté de la tonada. Un buen ejemplo es The Story of an Artist, muestra imágenes de Daniel desde su juventud hasta más recientemente, y dibujos hechos por él mismo.


Otro ejemplo es
True Love Will Find You in the End, está hecho también con dibujos del propio Daniel:

La canción Devinare es un ejemplo notorio de cuán mala es la voz de Daniel, cuán difícil le resulta mantener la concentración incluso durante esos escasos dos o tres minutos, y cómo, sin embargo, sus canciones son capaces de sobrevivir a sus propias interpretaciones.

Y claro, el comentario más frecuentemente hecho por los detractores de Johnston (que son, más bien, detractores de sus fans, a quienes acusan de esnobismo) es que muchas de sus grabaciones son apenas audibles, que hay que hacer un gran esfuerzo para imaginar cómo sonarían si fueran interpretadas de manera más profesional. Para responder a esa pregunta es interesante escuchar algunos de los muchísimos covers que otros artistas han hecho de las canciones de Johnston. Pongo algun ejemplo como la versión de King Kong a cargo de Tom Waits.

Y aqui otros ejemploa mas,
Clem Snide cantando Don´t Let the Sun Go Down on your Girevience; Gordon Gano (de Violent Femmes) con Impossible Love; Bright Eyes con Devil Town; Death Cab for Cutie con Dream Scream; Beck con una versión ronca y meditabunda de True Love Will Find You in the End; The Flaming Lips con Go; la variante de Like a Monkey in the Zoo que grabó hace no mucho Vic Chesnut y, por último, Story of an Artist interpretada por el notable M. Ward.


No hay comentarios: